La jueza de garantías Karina Breckle resolvió abrir la investigación y la prisión preventiva para María Aburto por el plazo de dos meses por haber dado muerte a puñaladas a Luis Vargas, un marinero de 36 años de edad, en un hecho ocurrido cerca del mediodía del jueves pasado en el domicilio de la mujer, en el barrio Gregorio Mayo de la Capital provincial.
Para la jueza, Breckle fue un hecho “altamente violento” aunque dejó abierta la posibilidad de que se haya tratado de una legítima defensa, circunstancia que quedara dilucidada en el transcurso de la investigación iniciada. Instó a la vez a los fiscales tener “celeridad” en la investigación para que dentro de dos meses se revise la situación de la mujer.
En seis meses más, el Ministerio Público Fiscal deberá tener culminada la investigación con todas las pruebas reunidas.
En principio, la calificación legal es la de “homicidio agravado por el vínculo” con una expectativa de pena de prisión perpetua. Los representantes de la Fiscalía de Rawson, Florencia Gómez y Leonardo Cheuquemán, consideraron que ante la gravedad del hecho y la expectativa de pena, la mujer podría fugarse y no someterse al proceso penal. También que podría entorpecer la investigación habida cuenta de los testimonios que aún restan tomar a familiares y vecinos de los protagonistas del hecho, con posibilidades de poder influir sobre ellos.
Para la defensa encabezada por Omar López, se destacó que la fiscalía “nada dijo sobre el marco de violencia de género contra la mujer” en que se produjo el hecho, en una relación que ya estaba deteriorada desde hacía un año atrás.
El hecho se produjo cerca de las 11.30 del pasado jueves en el domicilio de la mujer localizado en la calle Lamarque 1120 de la ciudad de Rawson, cuando en el lugar se encontraban la mujer con su hijo de 15 años de edad. Al arribar la Policía, tras un llamado que hizo el menor pidiendo una ambulancia, el hombre estaba boca abajo con una profunda herida en la parte izquierda del abdomen y la mujer arrodillada a su lado intentando introducirle las vísceras afectadas por el corte, de seis centímetros de ancho por veintiún centímetros de profundidad. Sobre la mesa de la cocina comedor de la casa había un cuchillo con manchas de sangre. La mujer tenía manchas de sangre en sus manos y ropas y, angustiada, manifestó ante los policías que no había tenido intenciones de matarlo.
Los policías que arribaron al lugar hicieron tareas de reanimación a Vargas hasta la llegada de la ambulancia, teniendo en cuenta que no tenía signos vitales al momento del arribo de los efectivos.
La herida había afectado seriamente la vena cava inferior. Trasladado al Hospital de Rawson, falleció de un paro cardíaco durante una urgente intervención quirúrgica que se le estaba realizando.
Los defensores no se opusieron a la apertura de la investigación y pidieron a la jueza el arresto domiciliario para la mujer. Anticiparon además que –según sus propios criterios- quedará acreditado el marco de violencia de género que sufría Aburto, al punto tal de tener escoriaciones en cuellos y abdomen producto de presuntos golpes propinados por Vargas. En este sentido, los fiscales destacaron las ausencias de denuncias en contra del hombre apuñalado.
El defensor López estuvo acompañado por Catalina Silva y Miguel Lugo.
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