Tras el alegato final de la fiscal general Florencia Gómez se escucharon los alegatos correspondientes a los querellantes Martín Castro, en representación del Estado provincial, y el abogado Eduardo Hualpa en representación de las fundaciones Patagonia Natural, National Geographic y la Asociación de Abogados Ambientalistas de la República Argentina.
Castro destacó algunas pruebas testimoniales que se escucharon en el debate, como por ejemplo, los dichos del denunciante Luis La Regina (tío del imputado y con un campo lindante al establecimiento donde se produjeron los daños), de algunos especialistas como por ejemplo Pablo Borboroglu “por sus altos conocimientos científicos” y del relevamiento con imágenes que efectuaron los fotógrafos Maximiliano Jonas y Daniel Feldman.
Destacó el relevamiento efectuado por Borboroglu respecto de la cantidad de nidos y ejemplares afectados. También destacó los testimonios de testigos que refirieron a la ausencia de autorización para ejecutar los dos caminos y a otros que dieron cuenta de las imágenes satelitales para probar las fechas de realización de los caminos. En este sentido, contrastó testimonios de especialistas con los dichos de dos testigos maquinistas que fueron aportados por el defensor Federico Ruffa.
“No tengo dudas que el señor La Regina ha cometido un ecocidio y por ello la calificación legal escogida es la correcta”, indicó Castro para concluir en que “poco le preocupó al imputado la convivencia con los pingüinos”.
Castro concluyó que el imputado La Regina “a sabiendas de que no podía hacer lo que hizo, actuó de manera consciente afectando a la flora y la fauna, sin importarle el interés colectivo. Por eso tuvo una actitud dolosa”.
Entidades ambientalistas
Por su parte, Eduardo Hualpa que representa a las entidades ambientales, reiteró los efectos del delito investigado y el carácter público “de toda la sociedad, que significa el bien afectado, el medio ambiente”.
Hualpa destacó el aporte científico para probar el caso, como por ejemplo los aportes realizados por especialistas en imágenes satelitales y espaciales que brindaron su testimonio, especialmente el testimonio de Samuel Guilford. Para el querellante quedó demostrado la ejecución de un camino y alambrado electrificado que dividió en dos a la colonia, el estrés causado en los pingüinos por la tarea de esa máquina, además de efectos más graves como la muerte de animales y pichones.
Destacó que el imputado tenía conocimiento que al momento de hacer el camino y la colocación de los alambres, existía una actividad creciente de presencia de pingüinos en plena época del año de reproducción.
Para Hualpa el daño causado se produjo en un momento de alta densidad de animales, quedando demostrada la crueldad de los medios utilizados. Concluyó pidiendo al Tribunal que se declare culpable a Ricardo la Regina, indicando que “el ambiente necesita protección porque se trata de un sistema que ya no resiste más agresión”.
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