Al cumplirse 8 meses del accidente que a poco estuvo de costarle la vida al médico Pablo De Mónaco, su familia dió a conocer una carta en la que revelan la preocupaciòn que los embarga respecto que el responsable de la situaciòn que vive el profesional, que aún no ha recinido el alta médica y por lo tanto sigue impedido de trabajar y llevar adelante una vida normal, pierda a traves de la probation que reclaman los abogados defensores, del conducxor de la camioneta, la posibilidad de llevarlo al banquillo de los acusados para que responda por sus acciones en juicio oral y público.
Compartimos el texto que nos hizo llegar la familia de Pablo De Mónaco:
Este martes 25 se cumplen 8 meses del día que le arruinaron la vida a Pablo. Y ese mismo día, la justicia podría dejar de enjuiciar al responsable y de privar a la víctima y a toda la comunidad del esclarecimiento de la verdad de los hechos.
El 25 de marzo de esta año, Pablo iba en su moto por Ruta 25. Una camioneta Hilux invadió su carril en plena curva, haciendo un sobrepaso prohibido, a pesar de la doble señalización de la prohibición.
La maniobra fue tan imprudente como criminal. El impacto fue inevitable.
Pablo perdió una pierna. Sufrió lesiones gravísimas. Y estuvo varias veces al borde de la muerte.
Desde entonces, no puede trabajar, no puede caminar con normalidad, y ni siquiera puede estar con su familia porque aún no tiene el alta médica.
Mientras tanto, el conductor de la Hilux no se arrepintió en ningún momento.
Y estaría habilitado para pedir la suspensión del juicio a prueba, esto se conoce como probation y así evita el juicio y su responsabilidad penal.
Sí, leíste bien, seguirá su vida como si nada hubiese sucedido o como si no hubiese tenido responsabilidad alguna en el hecho. Querrá, y si los jueces lo autorizan, podrá seguir su vida como si nada. Como si Pablo no estuviera peleando todos los días para rehacer la suya.
La sociedad no se merece semejante final, al que la familia y los amigos de la víctima, se oponen con firmeza. ¿A qué se oponen? A la imposibilidad de que la verdad sea esclarecida definitivamente, a que el suplicio de Pablo quede rápidamente en el olvido, a que el que se conduce con monumental imprudencia, generando enormes daños, no deba asumir las consecuencias penales de su accionar ilegal.
Esto no fue un simple error de cálculo. Fue una imprudencia gravísima al volante, que no puede quedar sin condena.
Ese conductor sigue circulando libremente. Sigue siendo un riesgo para todos.
Este martes 25, justo al cumplirse 8 meses del hecho, la justicia debe decidir.
Necesitamos que escuche también a la sociedad. La justicia no puede premiar al que arruina vidas y se desentiende.











