Chubut abre el mes y la semana con un interrogante, desde el sector de los empleados públicos, que está directamente relacionado con el reclamo de los sindicatos del sector público y la multiplicidad de medidas de fuerza que se han iniciado, reclamando corregir los salarios que llevan congelados en sus valores desde hace mas de un año. Un período de tiempo que en la República Argentina y su realidad económica es un plazo de mucha perdida de poder adquisitivo. Si sumamos a ello que éste es un año de elecciones nacionales, digamos que la oportunidad para hacer planteos es la adecuada, porque el gobierno sabe que está acorralado entre sus aspiraciones electorales y el electorado que lo está mirando con mas detenimiento que de costumbre.
Lo cierto es que los colegas de ADN Sur realizaron a través de su columnista Pablo Vernazza un interesante editorial donde exponen la hipótesis de que el gobernador chubutense, Mariano Arcioni estaría evaluando proponerle a los empleados públicos un aumento mediante el pago de una suma fija. Con esa hipótesis desarrollada por los colegas de Comodoro Rivadavia, el resto de los medios de la provincia se encolumnan en tal especulación. Reproducimos acá algunos párrafos del artículo mencionado:
Lo que se viene observando en los últimos días es que los sindicatos acceden a reuniones con distintos funcionarios, y pretenden que se conviertan en una mesa de negociación. Pero la respuesta del gobierno sigue siendo que -por el momento- no hay posibilidad de hablar de aumentos, ante un escenario en el que aún se continúa con un plan programado para cancelar en cuotas el saldo pendiente de los haberes de los agentes públicos, que se logró gracias a nuevos endeudamientos con la Nación.
Pero más allá del discurso hacia afuera de que una suba salarial sería “una locura” –la frase es del gobernador-, hacia adentro del gabinete se discute por estas horas qué alternativa se puede ofrecer a los agentes públicos. Según un relevamiento realizado por esta columna, se está analizando hacer una propuesta que quizás no alcance a satisfacer la expectativa general, pero se cree que al menos serviría como un aliciente y sería leída como un mensaje del gobierno de que se hace un esfuerzo para aliviar el bolsillo de los asalariados.
La gestión provincial tiene por estas horas dos objetivos básicos, que son difíciles de congeniar, porque parecen ir en sentido contrapuesto. Por un lado, se busca asegurar la “paz social”, un retorno definitivo a la normalidad, con los docentes dando clases y los trabajadores públicos brindando los servicios básicos. Por el otro, la meta sigue siendo el ordenamiento de las cuentas, dejar en el olvido el pago escalonado y el endeudamiento constante, para asegurar una administración “previsible”.
Hace click aquí para leer el artículo completo
Fuente ADN Sur