Recibimos la noticia este domingo al mediodía, mientras recreabamos desde Bahía Engaño el folklore argentino como bien lo hacia Juan Carlos desde su envío dominical a partir de las 11 horas. La noticia nos paralizó como suele ser siempre. Sabíamos que estaba en Buenos Aires, adonde se había ido a buscar respuestas en materia de salud. Y teníamos expectativa sobre su regreso, luego de una intervención que había sorteado exitosamente.
Pero las cosas se presentaron así y hoy nos despedimos con mucho dolor de un amigo que nos regaló en cada envío radial, mucha de su experiencia de haber compartido noches con varios de los artistas que el colocaba en la grilla de su programa “Folklore sin Fronteras”.
Había recorrido mucho camino, dentro y fuera del país. Se notaba en cada comentario y referencia que cruzaba en la charla cotidiana.
Conocía el ámbito del trabajo de toda la vida. Primero con la familia, en el campo y luego en la city porteña. Tanto en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, como luego en el Ministerio de Trabajo de la Nación, donde llego a llevar adelante una delegación en Puerto Madryn, lo que le posibilito conocer la Patagonia, donde se asentaría finalmente. En la bella ciudad del golfo, conoció el intrincado mundo de la industria pesquera y de la actividad metalúrgica, como también de la UOCRA, atendiendo reclamos laborales.
La música y el arte también anduvieron de la mano de Juan Carlos que no solo compartió noches con varios exponentes del canto popular argentino, sino además incursionó en el mundo del canto coral, acompañando formaciones importantes, como el Coro del Banco de la Provincia de Buenos Aires. Y luego más acá, en la Patagonia.
.
Desde su espacio dominical en Bahía Engaño, Juan Carlos le hizo lugar a los exponentes locales de la canción folklórica y se hizo muy amigo del Director del Coro Estable Municipal, Héctor Oxilia con quien además compartió la vocación por la música del litoral. Esa amistad se enriqueció con otros integrantes del Coro y se vio luego reflejado en su programa, donde incorporó a la música cuyana en el manojo de canciones que proponía en cada emisión.
Su voz grave, su tono pausado para hablar, su buen gusto en la selección de canciones lo fue convirtiendo en el clásico de los domingos que convocaba para evocar, tararear y entonar las hermosas composiciones del repertorio popular argentino y latinoamericano, pues coherente con el título del programa Juan Carlos siempre nos llevaba de paseo a recorrer otros lugares y sus músicas autóctonas.
Y en ese menester anda, porque nos dicen que se fue de gira, buscando nuevos artistas, cantores y cantoras que nos alegren la mañana de cada domingo.
Un gusto haber coincidido en esta vida Juan Carlos Moss. En nuestros corazones y memoria siempre.
