La iniciativa legislativa tuvo su origen en la sesión que coincide con la desaparición física de Jorge Bergoglio, donde del seno de los concejales surgió la idea de asignar con el nombre del papa fallecido a algún espacio verde de la capital chubutense.

En este sentido el presidente del Concejo Deliberante, Dulio Monti realizó las gestiones ante las autoridades vecinales del sector como también de la Parroquia María Auxiliadora y obtuvo el acuerdo para colocarle el nombre de Papa Francisco al espacio que circunda al Centro Comunitario del área 16.

En la línea de fundamentación se pone de relieve que, “el Papa Francisco, cuyo nombre de nacimiento es Jorge Mario Bergoglio, nacido el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, Argentina y creció en una familia de origen italiano. Hijo de Mario Bergoglio, empleado ferroviario de origen piamontés y de Regina María Sívori, ama de casa. Tuvo cuatro hermanos y su padre emigro a Argentina desde la región italiana de Piamonte”.

Se detalla en particular que, “fue bautizado el día de Navidad de 1936 en la Basílica María Auxiliadora y San Carlos del barrio de Almagro en Buenos Aires.

Añade que, “asistió durante su infancia al colegio salesiano Wilfrid Barón de los Santos Ángeles de la localidad de Ramos Mejía, curso estudios en la escuela segundaria industrial E.N.E.T N° 27, recibiendo el título de técnico químico”. Especifica que, “antes de ingresar al seminario, se desempeñó brevemente como técnico químico y luego, el 11 de marzo de 1958, ingreso a la Compañía de Jesús, ingresando al seminario del barrio Villa Devoto”.

Obtuvo una licenciatura en Filosofía y estudio Humanidades en Chile. Entre 1964 y 1965 fue profesor de Literatura y Psicología en el Colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe, para posteriormente decantarse por la Teología en el colegio San José, en San Miguel.

Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969, desde entonces realizo una larga carrera dentro de la orden, de la cual llego a ser el “provincial” desde 1973 hasta 1979, durante la dictadura militar argentina.

Procuro mantener a toda costa la unidad del movimiento jesuita, influenciado por la Teología de la Liberación, bajo la consigna de “mantener la no politización de la Compañía de Jesús”.

Dominaba los idiomas español, italiano, latín y alemán, además de tener conocimientos medios en inglés, francés, portugués, ucraniano y piamontés (dialecto italiano). Se traslado a Alemania para obtener su doctorado y, a su regreso, retomo la actividad pastoral como sacerdote en la provincia de Mendoza.

El 20 de mayo de 1992 fue consagrado Obispo titular de Auca, para ejercer como uno de los cuatro obispos auxiliares de Buenos Aires. Posteriormente fue obispo coadjutor de la misma el 3 de junio de 1997.

El 28 de febrero de 1998 recibió el cargo de arzobispo de Buenos Aires y allí comenzó a gestar un modelo de iglesia urbana comprometida con las periferias y alejada de los privilegios. Bajo su impulso, la arquidiócesis desarrollo un ambicioso programa de evangelización social y pastoral que llegaba a las villas, enfermos y a las personas en situación de calle. Rechazo el clericalismo y llamo a los sacerdotes a “oler a oveja”, este no fue un lema vacío, ya que lo vivió en carne propia, recorriendo los rincones más difíciles de la capital argentina, organizando redes de solidaridad y fomentando el trabajo en conjunto con los laicos. Ya en el año 2001 fue creado Cardenal por Juan Pablo II.

En esta época, se destaco en todo el continente por ser un pastor sencillo y querido en su Diocesis, que ha visitado a lo ancho y a lo largo, trasladándose en medios de transportes públicos, en los quince años del ministerio episcopal, dentro de sus icónicas frases se encuentra “Mi gente es pobre y yo soy uno de ellos”, ha dicho más de una vez para explicar la opción de vivir en un apartamento y preparase la cena el mismo.

A sus sacerdotes siempre les ha recomendado misericordia, valentía apostólica y puertas abiertas a todos ya que lo peor que puede suceder a la iglesia en algunas circunstancias, “es aquello que De Lubac llama mundanidad espiritual”, que significa “ponerse a si mismo en el centro”. Y cuando cita la justicia social, invita en primer lugar a volver a tomar el catolicismo, a redescubrir los diez

mandamientos y las bienaventuranzas. Su proyecto fue sencillo: si se sigue a Cristo, se comprende que “pisotear la dignidad de una persona es pecado grave”.

En octubre de 2001 es nombrado relator general adjunto para la decima asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos, dedicada al ministerio episcopal, encargo recibido en el último momento en situación del cardenal Edward Michael Egan, arzobispo de Nueva York, de presencia necesaria en su país causa de los ataques terroristas del 11 de septiembre. En el sínodo subraya en particular la misión “Misión profética del obispo”, su “ser profeta de justicia”, su deber de “predicar incesantemente”, la doctrina social de la iglesia, pero también de expresar un juicio autentico en materia de fe y moral.

Tras al menos cuatro votaciones en un conclave que duro 25 horas y media, el 13 de marzo de 2013, luego de la renuncia de Benedicto XVI, los 115 cardenales electores inclinaron la votación a su favor y fue designado el Papa N°266, al asumir el papado, se impuso el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís, símbolo de humildad y servicio a los más necesitados. Su saludo fue sencillo, casi tímido, pero cargado de significado, no usando los ornamentos papales tradicionales.

Su pontificado se ha caracterizado por realizar grandes reformas en la Iglesia, especialmente en la Curia Vaticana, enfoque en la ecología y el cambio climático, el dialogo interreligioso y promoción por la paz, apertura hacia comunidades marginadas, incluyendo temas sobre migrantes y economía solidaria.

Francisco es considerado un Papa cercano al pueblo, con un estilo de vida austero y un mensaje claro de inclusión, acercando la misericordia de Dios a todos por igual. Ha realizado múltiples viajes apostólicos y ha sido un fuerte critico de la desigualdad social y la corrupción.

Su estilo fue directo, pastoral, humano, llamaba por teléfono a personas anónimas que le escribían cartas, reunía a refugiados, personas trans, expresidiarios y victimas de abusos. No temía el contacto con la realidad y lo buscaba activamente. Gracias a esto, pronto se convirtió en un referente global, no solo para los católicos, sino para millones de personas que se sentían alejadas de la Iglesia.

El 23 de diciembre de 2015, se anunció que el Papa Francisco recibiría el Premio Carlomagno 2016 por su especial contribución a la unidad europea, “En estos tiempos, en los que muchos ciudadanos y ciudadanas de Europa buscan orientación, Su Santidad el Papa Francisco ofrece un mensaje de esperanza y aliento”, señalo la organización.

Francisco asumió el liderazgo de una institución golpeada por la crisis, desde el escandalo mundial por los abusos sexuales hasta la perdida de relevancia de la Iglesia en muchas regiones del mundo.

No dudo en enfrentarse a los problemas con firmeza y misericordia, ordeno auditorias financieras, reformo la Curia romana, impulso leyes contra los encubrimientos de abusos y destituyo a obispos negligentes.

Su herencia mas notable fue su insistencia en hacer de la Iglesia, un hogar para todos, el no cambio la doctrina, pero si cambio el tono. Pidió acoger a homosexuales con respeto, acompañar a los divorciados, ampliar los espacios de decisión para las mujeres y abrir caminos para que la Iglesia escuche, en vez de juzgar.

A lo largo de su papado, enfrento una resistencia feroz de sectores conservadores, en particular en Estados Unidos y dentro de la propia Curia. Sin embargo, su liderazgo moral se impuso en la escena internacional, convirtiéndose en mediador de conflictos como el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, la guerra e Siria o el problema de los migrantes en el Mediterráneo.

Durante la pandemia de COVID-19, su imagen caminando solo por una Plaza de San Pedro vacía se convirtió en un símbolo de esperanza global. En 2020, con la encíclica Fratelli Tutti hizo un llamado urgente a la fraternidad universal, al diálogo entre pueblos y a una política centrada en la dignidad humana.

Desde el inicio de su pontificado, llamo la atención del mundo por los evidentes cambios que comenzó a hacer en el Vaticano, rechazo en primera instancia, el uso de tronos de oros y opto por sillas mas simples, solicito vivir en la Casa Santa Marta, en lugar del usual Palacio Apostólico para los papas.

Hablo sobre la urgencia de “garantizar una mayor participación de las mujeres en puestos de gobierno en la Iglesia” pidiendo una investigación para que se pudieran ordenar diáconos a las mujeres.

Consciente de que gran parte de la juventud se había alejado de la Iglesia, se unió a la gran ola de pensamiento ambientalista de este siglo y defendió su posición en cuanto a la protección del medioambiente a través de su encíclica de 2015 titulada “Laudato Si”, haciendo un llamado a cuidar y proteger el planeta no solo para los habitantes del hoy, sino para los venideros.

Fue un líder comprometido con la renovación y cercanía de la Iglesia hacia las juventudes, por lo cual fue primordial su participación en cuatro jornadas de la Juventud en Rio de Janeiro (2013), Cracovia (2016), Panamá (2019) y Lisboa (2023).

Siempre abogo por la inclusión y el dialogo interreligioso con su estilo pastoral y sus gestos simbólicos, como su profunda amistad con el rabino argentino, Abraham Skorka, con quien en 2010 escribió el libro “Sobre el cielo y la tierra”, que incluye temas religiosos, éticos y sociales, en relación con el dialogo y conversación con otras religiones.

A pesar de sus incomodidades físicas, logro hacer mas de 60 viajes oficiales a diferentes países del mundo, entre los cuales están Birmania (2017), Emiratos Árabes Unidos (2019) e Irak (2021), que recibieron por primera vez una visita papal.

A lo largo de su liderazgo, se caracterizo por hacer declaraciones progresistas como su famosa frase “¿Quién soy yo para juzgar?”, sobre la homosexualidad, y su afirmación de que “evitar el embarazo no es un mal absoluto” en el contexto de las epidemias como el zika en Latinoamérica.

El 19 de octubre de 2023, la oficina de prensa de la Santa Sede comunico que el Santo Padre creo la nueva Diocesis de Rawson en Argentina, Rawson formaba parte de la Diocesis de Comodoro Rivadavia, pero Francisco decidió establecer una jurisdicción eclesiástica separada ya que se fijo en Rawson porque Chubut era la única provincia que no tenía una sede episcopal en la capital política. Esta determinación represento un paso significativo en la expansión de la presencia de la iglesia católica en la región.

En diciembre de 2024, también se pronuncio sobre el conflicto entre Palestina e Israel: “Con dolor pienso en Gaza, en tanta crueldad hacia niños ametrallados, en los bombardeos de escuelas y hospitales. ¡Cuánta Crueldad!”.

Francisco fue mucho más que el primer papa jesuita o el primer pontífice latinoamericano, fue el papa que se atrevió romper barreras y estructuras, vivir como uno más, a rechazar los fastos del poder papal, a lavar los pies de los presos, musulmanes y mujeres en un Jueves Santo. Su papado marco un antes y un después, no solo en la historia del catolicismo, sino en la manera en la que el papado se conecta con la sociedad.

El Papa Francisco, falleció el lunes 21 de abril de 2025 a los 88 años, en la Residencia de Santa Marta en Roma, tras una larga hospitalización

Su legado ha sido enorme, Francisco será recordado como el papa de los gestos, de la periferia, el que se atrevió a cambiar sin romper, el que bajo del trono y camino entre la gente, es por ello y todo lo expuesto con antelación, que, desde este Cuerpo, consideramos importante brindar homenaje y respeto, resaltando su nombre como gran líder mundial y ejemplo, no solo espiritual, sino también como ser humano.