Los fuertes incrementos en las tarifas que se materializarán en estos meses para los servicios implicarán un fuerte impacto sobre los costos fijos que tienen cada una de las pymes e industrias de todo Chubut.
En la provincia más del 90 por ciento de las empresas son pymes o micropymes que no tienen espalda financiera para afrontar un nuevo incremento de los impuestos que en este caso se cobra desde la mayorista de energía CAMMESA por el transporte energético.
Esto significa que muchos de nuestros comerciantes y empresarios no podrán hacer frente y algunos deberán achicarse en su estructura, otros posiblemente tengan que achicar su personal y tantos otros pequenios negocios que deberán bajar sus persianas ante un escenario crítico.
Hay un dato muy contundente en este contexto que tiene que ver con una deuda millonaria que mantienen las cooperativas de Chubut por casi 60 mil millones de pesos, lo que lleva a estar entre los distritos del país cuyas empresas de energía mayor deuda mantienen con el organismo nacional.
Vemos con asombro que siendo una región y una provincia productora de energía, donde producimos más de 10 veces lo que consumimos, tengamos costos tan elevados que asumir.
La energía que sale de nuestra región se carga en el sistema nacional y luego se nos cobra el transporte para hacernos llegar el servicio que aportamos desde la generación para todo el país.
Esto último habla de nuestra soberanía energética y la necesidad de administrar nuestros propios recursos naturales para cortar de una vez con las inequidades que se viven hace décadas y que nos separan años luz del “federalismo” que se escribe en los papeles, pero que jamás se practica en las acciones.
Es necesario adoptar una postura regional que plantee las problemáticas de un sistema que, hoy siendo ricos en recursos naturales y energía, está empobreciendo cada vez más a nuestros comercios, empresas e industrias.
Desde la Federación Empresaria del Chubut (FECH) como entidad que nuclea a las cámaras empresarias de la provincia tenemos el compromiso de gestionar junto al sector público para que se pague lo que verdaderamente cuesta la energía en la Patagonia y adecuar un sistema que hoy está funcionando deficitariamente y con perjuicios para nuestras provincias.
Sin embargo, la búsqueda de costos de generación acordes con la producción energética y el aporte que realiza la Patagonia al país, de nada servirá si persiste un mecanismo de distribución energético que a la luz de las circunstancias y el crecimiento demográfico de las últimas décadas ha demostrado ser poco eficaz y altamente costoso para los usuarios y pymes de Chubut.
Los datos parecen reflejar que el actual sistema cooperativo está agotado, ya que ha adquirido costos de distribución muy grande que se fueron trasladando de forma acumulativa tanto a los domicilios, como a los comercios e industrias, sin mejoras visibles en el servicio.
El denominado VAD, que es el valor agregado de distribución es lo que ha llevado, entre otras cosas, a tener tarifas totalmente descontextualizadas con lo que ocurre en otros puntos del país, donde la energía es más barata.
Frente a ello, queremos proponer una nueva forma de toma de decisiones que tiendan a resolver problemas que hoy se han vuelto crónicos y han llevado a la sociedad chubutense al borde del abismo y con consecuencias que implicarán una factura más que abultada en el cortísimo plazo.