Guillermo Rauch es el fundador de Vercel, una compañía radicada en EEUU que simplifica al extremo el desarrollo de sitios web y aplicaciones. Su historia en una charla a fondo en Infobae.
Entrevista a Guillermo Rauch: sus comienzos
Nació en Lanús, hijo de una ingeniera química y uno industrial de la UBA. Aprendió a programar a los 10 años en su cuarto, solo, con la ayuda virtual de chats y grupos especializados. Nunca paró. Cuando hacía el secundario en el Colegio Carlos Pellegrini comenzó a trabajar para empresas del exterior. Se fue del país y nunca volvió. Hoy, a los 31 años, vive en San Francisco, en el Silicon Valley estadounidense al que llegó sin conocer mucho del lugar, la meca tech y de los grandes millonarios de internet. Fundó una empresa que el año pasado se convirtió en uno de los unicornios de la Argentina y que por estos días vale más de USD 2.500 millones, más que el doble que entonces.
Esa podría ser una resumida bio de Guillermo Rauch, fundador y CEO de Vercel, el unicornio argentino que nadie –muy pocos, en rigor– conoce. Por tratarse de una empresa que nació y “explotó” en el exterior y por estar enfocada a un nicho tecnológico, diseñadores web y programadores, Vercel está lejos de la fama de varios de los otros unicornios locales, como Mercado Libre, OLX o Despegar. Con todo, está parada en la vanguardia absoluta. La miran los inversores de todo el mundo y tiene mucho por crecer aún, subido a nuevas tendencias “calientes”, como como Web3, sistemas descentralizados y cripto.
“Me especialicé en ingeniería de front end… pero no soy ingeniero. Nunca estudié, soy 100% autodidacta. Aprendí todo por Internet, bastante solo”, le dijo a Infobae en medio de una visita de pocos días al país. Front end en informática es lo que se ve, lo que está al frente de programas y aplicaciones. Lo que hace que una app, por caso sea, linda, funcional y fácil de usar, por ejemplo.
Rauch participará esta tarde de Experiencia Endeavor, el evento de la red de emprendedores de alto impacto, que se hace en el Centro de Convenciones de Buenos Aires (CEC). Allí hablará de su plataforma estrella, Next.js, y se su experiencia en Vercel.
Entrevista a Guillerm Rauch – Corte 2
“A los 11 hacía páginas online. Mercado Libre tenía algo que se llamaba Mercado Socios: armabas páginas web y te daban dinero si les mandabas tráfico. Hace más de 20 años que hago esto, tuve la ventaja de elegir bien las tecnologías con las que arranqué”, le contó a este medio.
Cuando era apenas un niño, Rauch creció zambulléndose en el mundo del código libre y en grupos de chat de programadores, como los chat de Linux de Ciudad o Lanux, la comunidad de Linux de Lanús. Eso y saber inglés marcaron la diferencia. Desde siempre trabajó en sistemas rápidos, “lindos” e interactivos. A los 15 ya era una suerte de referente del rubro. Lo llamaron de Suiza por sus desarrollos open source y nunca más volvió. A los 17 sus padres tuvieron que firmar papeles para autorizarlo a viajar y, en un abrir y cerrar de ojos, estaba en una estación de trenes de Lausana con el CEO de la empresa que lo había contratado.
“‘¿Vos sos el experto en javascript que contratamos?’’, me preguntó. Era un pibito que salía del país por primera vez, pero trabajé muy bien y con ellos llegué a San Francisco. Cuando llegué me explotó la cabeza. Trabajaba en un coworking al lado del fundador de Instagram, que recién arrancaba, y del CEO de la telco Twilio, que cotiza en Nasdaq y es una muy importante telco. Con dos buenos amigos que me hice en esa startup suiza nos dimos cuenta que habíamos dado vuelta esa empresa y nos decidimos a hacer algo nuestro. Los inversores apostaron por el equipo y arrancamos”, aseguró.
— ¿Cómo le explicaría a su mamá lo que hace Vercel?
— Es una plataforma para hacer páginas web y aplicaciones que tiene la calidad y la fineza de compañías como Amazon, Google y Apple, las que definieron lo que es hoy Internet. Hacemos que empresas de todo el mundo puedan desarrollar sistemas de esa calidad de manera muy simple.
Entrevista a Guillerm Rauch – Corte 3
— ¿Por qué vale USD 2.500 millones?
— Cuando arrancamos, hace 6 años, pensamos que la plataforma la iban a usar pequeños sitios de ecommerce y startups, y la terminaron usando las empresas más grandes del mundo, como Walmart, Target, Nike y muchas más. Nos eligen por hacer las cosas modernas y rápidas. Ayer me enteré que los trenes de Alemania utilizan la tecnología que diseñamos. Cuando llegué a San Francisco empecé a escuchar mucho la palabra escala, y me llamaba mucho la atención. Crecimiento y escala es lo que se escuchaba en todas partes en ese momento. La plataforma que hicimos es muy fácil de usar: es como lo que hace Shopify y Tienda Nube, que simplifica los comercios online, pero para sitios web. Es tan simple que escala muy rápido. En tres años pasamos de ingresos de USD 1 millones a 25 millones, un crecimiento exponencial con muy baja utilización de recursos humanos, éramos unos 20 empleados. Creamos una máquina autónoma: la gente se registra, publica sus sitios, nos paga y se la recomiendan a sus amigos. A los ingenieros web les encanta, y esa expansión viral sin tanta inversión de capital para promoción también les encanta a los inversores.
— La pandemia además potenció todo.
— Sí, a full. Las grandes compañías de “cemento”, las tradicionales, nos eligieron. Nike es un ejemplo: necesitan tener online el mismo “wow factor” que logran con un mega local de Times Square. Cuando cerró todo hubo que hacer todo rápido, versátil y bien. Muchos no lo saben, pero los mejores márgenes de McDonalds vienen de las gaseosas, no de las hamburguesas. En lapandemia la gente pedía la hamburguesa, pero tenía la bebida en la heladera. Así, usaron Vercel para hacer experimentos muy rápidos en la web sobre cómo vender más gaseosas online. Lo hicieron en pocas semanas y funcionó muy bien. Ayudamos a los chicos y también a los grandes a acelerar las formas de llegar a la gente, al mercado, rápido y bien.
— ¿Cómo sigue la historia para Vercel?
— Somos un unicornio doble, pero todavía capturamos una porción pequeña de Internet. De nuestro target llegamos apenas al 1 o 2 por ciento de las empresas. Queremos que los mejores sitios se hagan con nuestra tecnología. Por otro lado, estamos en medio de un proceso muy importante de descentralización de internet. La web tradicional y la nueva, por la que pasa cripto, la Web3, van a colisionar y se van a complementar. Los negocios serán completamente nativos en la web. Lo vemos con los NFT: son tan nativos que no hay objetos, la gente compra un GIF. Ese es el futuro: nuevos negocios en Internet. Las grandes compañías de cripto, las descentralizadas, se están desarrollando sobre nuestra plataforma.La web de Vercel
— ¿Es caro usar Vercel?
— Para nada, muy baratos. Y damos una infraestructura única que escala en forma infinita. Hoy aparecen sitios que reciben de un momento a otro cientos de miles de visitas. Hay una gran subasta de un NFT y la atención online se concentra ahí. Para arrancar cobramos unos USD 20 por mes, pero te damos todo lo que necesitás. Cuando uses Vercel no te caés: escalás y te cobramos según la demanda. Eso hoy es invaluable.
— ¿Vercel es un proyecto con ADN argentino?
— Sin dudas, tenemos ADN argentino. Nuestro jefe de diseño también es de acá; de Lanús. Le damos mucha importancia al diseño, a la estética y la interacción con el usuario. Somos fáciles de usar. Hay ADN global también, porque tenemos gente en todos lados
— ¿Qué opina del ecosistema de emprendedores local?
— Cuando llegué a San Francisco había una idea de que todo lo bueno salía de ahí. Ahora no es así. Yo invierto en etapas tempranas de muchos emprendimientos y llegan de todos lados. De India o Argentina. Todo se equipara con la tecnología. Hay mucha oportunidad para hacer cosas nuevas.
“Se está haciendo todo muy dinámico y Argentina tiene mucho apetito, muchas ganas de hacer cosas más allá de un contexto político que no suele ser el mejor”
— ¿Qué le recomendarías a un chico que quizás está en su habitación de Lanús, o cualquier lugar de la Argentina, programando o queriendo aprender?
— Producto, habilidad para presentarlo y compartirlo con el mundo. A los 16 años hice un menú digital open source sobre el que escribió y recomendó un ingeniero que luego fue un capo tecnológico de Google. Hoy cualquier adolescente puede crear una app y subirla al Apple Store, o hacer un sitio con Vercel gratis y lo puede compartir con el mundo. ¿Y si se hace viral y lo ve todo el mundo? ‘Y si te vienen a ofrecer un negocio o a comprarte? El apetito por probar cosas nuevas y obtener nuevas ideas en tecnologías es desenfrenado.
— ¿Cómo ve a Argentina desde EEUU?
— Veo un gran potencial en ingeniería, seguridad y cripto. Hay muchos referentes para el mundo en esos rubros. Buena parte de las grandes ideas de la descentralización nacen acá. Podemos ganar en el futuro.
— A pesar del contexto económico…
—Es que internet disrumpe todo. Los ingenieros laburan para otros países, con condiciones de trabajo diferentes y mejores ingresos. Se está haciendo todo muy dinámico y Argentina tiene mucho apetito, muchas ganas de hacer cosas más allá de un contexto político que no suele ser el mejor.
Fuente: Infobae.